Olimpia de Gouges:
Olimpia nació en Francia, el 7 de mayo de 1748, y murió el 3 de noviembre de 1793. Fue escritora, dramaturga, panfletista y política francesa, autora de la Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana. Nació en Montauban, en una familia burguesa (su padre era carnicero y su madre, hija de un negociante de telas). Se casó a los 17 años con un hombre mayor con el que no fue feliz, quedando al cabo de un tiempo viuda y con un hijo, Pierre Aubry. Muy decepcionada por el matrimonio, se negó a volver a casarse. En 1791 escribió la Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.
Su defensa de los Girondinos, después de que éstos fueran eliminados de la escena política, le valió ser detenida en agosto de 1793 bajo la acusación de ser la autora de un cartel a favor de éstos. La llevaron a la cárcel, pero se le infectó una herida y tuvo que ir a una enfermeria carcelaria. Pidió por un tribunal para defenderse de las acusaciones que pasaban sobre ella. El 2 de noviembre de 1793, fue llevada al tribunal y el día después, el 3 de noviembre, fue guillotinada.
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Madame Roland:
Era una mujer culta y gran admiradora de Rousseau. Su influencia entre los Girondinos fue considerable, ya que los recibía habitualmente en su salón. A ella se atribuye la frase que pronunció al pasar delante de la estatua de la libertad cuando era conducida al cadalso: ``Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre´´. También fue arrestada y ejecutada en el año 1793.
Imagen de wikipedia.
- Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, 1791:
En consecuencia, el sexo superior, tanto en belleza como en valor -como demuestran los sufrimientos maternales- reconoce y declara, en presencia y bajo los auspicios del Ser Supremo, los siguientes Derechos de la Mujer y de la Ciudadana.
Artículo I. La mujer nace libre y permanece igual al hombre en derechos. Las distinciones sociales no pueden estar basadas más que en la utilidad común.
Artículo V. Las leyes de la naturaleza y las de la razón prohíben todas las acciones nocivas para la sociedad: todo lo que no esté prohibido por estas leyes, justas y divinas, no puede ser impedido y nadie puede ser obligado a hacer lo que ellas no prescriben.
Artículo VIII. La ley no debe establecer otras penas que las estricta y evidentemente necesarias, y nadie puede ser castigado más que en virtud de una ley establecida y promulgada antes que la comisión del delito y que legalmente pueda ser aplicable a las mujeres.
Epílogo. Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ¡Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuándo dejaréis de estar ciegas?
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La Declaración de Derechos de la Mujer y de la Ciudadana en francés. Imagen de www.mujerpalabra.net